El universo obsesivo y solitario de Yayoi Kusama llega al Museo Tamayo



 



El primer encuentro con Yayoi Kusama es inquietante: la artista plástica y escritora japonesa inicia su exposición retrospectiva Obsesión infinita, con un video cuyas imágenes están distorsionadas. Ella está vestida con un kimono floreado y un paraguas caminando sola por las desiertas calles de Manhattan.

Son 24 imágenes tomadas por su compatriota Eikoh Hosoe que describen su soledad, angustias, fijaciones,  desencanto y la confrontación con el mundo. Titulada Walking Piece (Caminata), es la primera pieza que inicia la muestra con 100 obras –entre esculturas, videos, instalaciones, pinturas y documentos– que abre al público el próximo viernes 26 en el Museo Tamayo.

Esas primeras fotos de Yayoi describen la constante temática de la muestra: la obsesión emanada de la neurosis y la urgencia de mostrar la intimidad dolorosa y traumática como terapia a sus fatigas y penas.

Una visión emerge de su traumática niñez y adolescencia. Nacida en una familia tradicional de Japón, tenía que  acompañar a su padre cuando éste tenía sexo con geishas. Esas escenas la marcaron y se plasman en sus obras. En el Tamayo presenta Infinity Mirror Room – Phalli’s Field (Sala de espejos del infinito – Campo de falos), que muestra esa impronta dolorosa que le causaron esas escenas sexuales de su padre. Ella misma los explicó así: “Comencé a sufrir alucinaciones visuales y auditivas desde chica... si no pudiera hacer arte me suicidaría. Me siento sola todos los días y por eso trabajo en mis obras para sobrevivir al dolor, al deseo de muerte. Pero luego el dolor vuelve a mí, una y otra y otra vez…”.

Pero también esta angustia permanente es fuente de creatividad que la llevó a ser una de las artistas contemporáneas más influyentes. Al respecto, María Cristina García Cepeda, directora del INBA, señala que esta muestra viene de Argentina y Brasil, donde recibió más de dos millones de visitantes.

Mientras que Rafael Tovar y de Teresa indica que Kusama es una de las artistas contemporáneas más significativas. “Incursiona en las diferentes versiones de las artes visuales, desde la pintura, el dibujo y las instalaciones. Sus obras confluyen en la obsesión y la repetición de patrones para su representación”.

A su arribo a Nueva York en 1957, para dejar atrás su difícil infancia, el hambre y destrucción que causó la Segunda Guerra Mundial en Japón, Yayoi comienza a producir y sientas bases para lo que sería el art pop, el minimalismo y otras vanguardias de los sesenta. “Ella tuvo influencia sobre Andy Warhol”, añade Tovar y de Teresa.

Sobre este tema, el curador de la muestra Philip Larrat señala que a diferencia del art pop, donde se exalta la cultura popular y el consumismo, Kusama realiza la repetición de imágenes por su obsesión de encontrar soluciones a su dolorosa intimidad. Era una manera terapéutica de sobrellevar su insania”.

En 1973, regresa a Japón y decide internarse en el hospital neuropsiquiátrico de Seiwa, donde escribe novelas y sigue produciendo su obra visual. “Me siento feliz cuando realizo mis obras, cuando escribo poesía y pinto cuadros”.

SALAS. El primer espacio de la muestra es el video de Kasuma caminando por Manhattan. Luego sigue la segunda con Primeras pinturas y trabajos en papel, donde muestra su dolor íntimo y retrata el estado catastrófico de Japón tras la Segunda Guerra Mundial. El tercer espacio está dedicado a Pinturas de la serie Infinity Net (Red infinita), la repetición de formas con un solo color para mostrar ese acorralamiento en el que vive.

La sala cuatro presenta la serie de pinturas Infinity Net paintings, una serie de semicírculos. Después viene el bloque denominado Acumulaciones, que al igual que la anterior, muestran la compulsión de la artista por el mundo. Mientras que Caminando en el mar de la muerte presenta la obra “Conglomerado”, un bote con miles de falos que recuerdan su dolor por el sexo. En contraste, Materiales de archivo es una mirada a la artista y su sistema de trabajo.

Sala de espejos del infinito. Campo de falos es una muestra del arte inmersivo para el espectador. Kusama enfrenta al visitante a una infinita sucesión de imágenes y se vuelve el centro de la obra. Esa misma técnica ocurre en I’m Here, but Nothing (Estoy aquí, pero nada) y Sala de espejos del infinito – Plena del brillo de la vida, en los espacios 8 y 10. En el 9 es su pintura reciente y al final, en la sala 11, se puede ver a Kusama cantando con esa angustia y dolor.

Yayoi Kusama. Obsesión infinita abre al público el 26 de septiembre y permanecerá hasta el 18 de enero de 2015 en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, Paseo de la Reforma 51, esquina Gandhi. Martes a domingo de 10:00 - 18:00 horas. Costo: 19 pesos

NOTES BY: crónica.com.mx

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