A dos pasos del infierno (cuento corto dimensional)

No suelo ser de los que se autopublican pero hoy debido a algo que todavía no logro comprender lo hice. El presente es un cuento corto dimensional publicado en algunos medios que me dieron la oportunidad para hacerlo. A todos ellos gracias.


Al lector:

(Nota sobre los cuentos dimensionales)

Advertirá que el texto aparece dividido en dos partes por las palabras (primer paso, segundo paso). Al llegar al desenlace encontrará en el último párrafo una oración con esas mismas palabras subrayadas; lo cual indica que la idea de esa oración se explicó previamente. Cada una de esas partes en que se divide el texto pertenecen a realidades o dimensiones (en las que el personaje principal fluctúa debido a miedos, deberes, dudas, deseos, figuraciones, etc. o en su caso, también pueden reflejar diferentes perspectivas de un mismo hecho)


              A DOS PASOS DEL INFIERNO

              (primer paso)

Desconfiado se acercó a la puerta del armario. Por un momento ya no se escuchó nada, pensó
en darse la vuelta y volver a sus cosas, fingir que no ocurría nada; cuando en eso volvió a
escuchar algunos ruidos del otro lado de la puerta. Sudando frío y temblando de miedo tomó
la perilla, segundos después se abrió la puerta de golpe y la luz del armario se encendió. Dentro no había nada más que unas viejas e inofensivas cajas.

             (segundo paso)

Confiado se acercó a la puerta del armario, tomó la perilla y segundos después, súbitamente
se abrió la puerta. El extraño e imponente ser verdoso no le permitió encender la luz ni pedir
auxilió. El monstruo tampoco le mostró piedad, pues apretaba su cuello con todas sus fuerzas
cortándole la respiración. En medio del violento forcejeo, la espeluznante criatura la llevó
dentro del oscuro y húmedo armario. La puerta se cerró de golpe, mientras un ligero quejido
fue callado poco a poco, en medio de aquella oscuridad.

El monstruo venció su temor, pues en un arranque de valor al dar su segundo paso, decidió no
esconderse como había imaginado cuando temeroso dio el primer paso hacia la puerta, hizo
bien; era él o ese extraño ser que insistía en invadir su espacio en el armario.
                                                   
                                                                    * * *

                                                        Alberto Waldemar